viernes, 27 de diciembre de 2019

CASIOPEA – EL LUGAR DONDE VIVO



Mi planeta es verano, emociones de los santos, el dolor de las cadenas solo brilla a la oscuridad de la noche
Mi paseo en barco de papel se dirige al lugar sereno entre los pasos de mi voz, sus delirios son razón, en la mano del espejo que se nos muestra allí arriba, en la altitud de las fragancias, friso donde reina un pensamiento, señal táctil del color...y yo, asustadizo, solo recuerdo el negro color, puntas de lanza tenebrosa sobre mi brecha sangrante de luz. Tenue se esconde envolviendo la fugaz pasión. Mi planeta es verano, tan cerca del sol. Se pisan las espigas del silencio, salvaje destino de la orilla maldita. Pesadumbre encharcando los hombros, recién caídos, ardiente desnudez.  El fuego no es infierno, es mi alma que grita, las sinuosas lenguas brillando al albor de la mañana inexistente, huérfana me busca, sin saber que soy espejismo 

don dumas

domingo, 22 de diciembre de 2019

LA PUERTA DE JULIA (MILENARIA)



Tu delicioso sesgo temblador reúne elegías bajo mis estrellas
Forman nubes de témpano tu opio femenino, sus ecos crujen, pero deslumbran,
entre dos cascadas su humedecido silencio

Escucho voces del perro viejo en la tumba de una montaña,
en piedra preciosa tallada. El tiempo habla a sus paredes
Silba el sonido del misterio en su despertar. El viento hace volar  hojas sin alas, 
aguerrido como escorpión en este camino muerto sobre el puente,
donde sin aliento me siento
Este camino mortecino y roto, penumbra de la noche más alejada
Un anónimo sueño me destapa el infinito, me hace oídos sobre la sal que me cobija

Mi danza circunda la realidad
Vivo los días desnudos de carne
Mis huesos son mi espíritu
El disparo de poetas me atraviesa

don dumas

domingo, 15 de diciembre de 2019

LA PUERTA DE JULIA (ENTRE TINIEBLAS)



Muchas noches caímos de rodillas, absorbidos por los libros malditos,
ajenos a las turbias miradas
Las notas de Rimbaud eran mi carcajada, sus manos de niño, mi distracción
Nos devoraba la ausencia de brújula en nuestro mundo blanco y horizontal
Dibujaba cuadros con mis pétalos de fantasma a las jóvenes sonrisas,
vagantes brillaban en sus vidas de neón
Yo existía…tan lejos de mí
El aire hablaba entre mis cabellos con su misteriosa voz de ancestral pino, yo era un mudo que solo gritaba
Me mostraba valiente ante el sol, delante de aquel astro rutinario abrasando mis días,
el amo que invadía dunas del desierto entre las botas de Sadam
Nadie me hablaba entre los surcos que estriaban mis sienes, excepto tu voz
Yo existía…tan lejos de mí, ajeno a las batallas

don dumas

domingo, 1 de diciembre de 2019

EL DUELO DE DON DUMAS




La muerte me transformará en su música, doce vuelos más allá de la luz de las estrellas, en el delirio de notas escurriéndose a través del gélido marco que nada esconde. El río sereno ya no se muestra como dueño. No es dueño de nada, ha perdido sus cascadas rebeldes, abandonadas por la floja esperanza. Me miran seres desafiando la calma, sus finas gotas de alma creen en mí. Existe en sus brumas la ilusión tañendo mis sonidos  invisibles. Hay esa luz en sus posturas que me hace ciego, se plasma en el trasiego de sus caretas. Ebrio entre bruces, me esconderé en el sonido de un púlsar amante, y la lágrima  hará un surco penetrante de belleza. Y ahora dormiré meciéndome con las ondas infinitas de la absurda música…

don dumas

sábado, 23 de noviembre de 2019

DISPARADME




El tiempo se me hace niebla
Se oculta su sol entre tanta rabia,
entumecidos mis ojos espumosos por heridas de mi bastardo desierto
Soy un espectro gravitando entre sus columnas
Tan solo una palabra es capaz de aturdirme,
destruir a mi falso gigante besado cruelmente sobre su planicie.
Sé que derramas tu frío sobre mi piel dormida hasta la agonía

Me desplazo entre sus punzadas, como soga colgando de la noche,
aliviando los vaivenes que voltean a mi cuerpo atado en su nudo,
adormecido en el afán
Sus movimientos apócrifos me asoman a los profundos canales de la locura,
no hay boca limpia

Y se aleja, murmullando, cabizbaja, toda la sinceridad de lo que decíamos
y duerme la verdad oscurecida entre omisiones
Cabalga el torpe recuerdo de lo que fue mi semilla en mi grupa asfixiada
Letanía reptando bajo tus sombras
Es la muerte entre angustias que ofrecen las promesas sentadas
Y yo soy su hueco dudando por encerrarte en mi invernal aspereza
Nada respira dentro de los círculos herméticos de la noche
Disparadme cerca del corazón para sobrevivir, en este momento de gloria y final
El vuelo de la gaviota se enredó entre los surcos de mi destino

Disparadme pronto, a mi consciencia. Y ser certeros

don dumas



domingo, 17 de noviembre de 2019

LAS COSAS QUE IMPORTAN




Hace frío en este inquieto día, alejado de las cosas que importan.
Tengo frío en todo mi pensamiento. No siento el calor de mi sangre. Las sábanas tupidas de algodón me despistan, tan solo cubren mi cuerpo, aún permanece desnudo el miedo, abrazándome en mi caída perenne.
Tengo sed, los sapos se retuercen en mi garganta, abro mi ventana a los sorbos del Este. Diviso su campo de cruces, en la mirada de los cadáveres, hablándome con su decaído iris.
Soy hijo del aterrador siglo, con la muerte pisando cada momento, sus estrofas visitando todas las estancias. Busco el freno que anule mis fatales visiones

don dumas


viernes, 1 de noviembre de 2019

MIS FLORES PIDEN REDENCION

La ausencia del viento…es judas… en mis brazos extendidos en cruz
Detesto las formas, solo sobre ellas caminan los olores, soy ausente,
invisible entre terrosas creencias
Esas sombras que no se tocan tienen un nombre, las miserias son de cristal, y avanzan ante  la mirada de mis ojos destruyendo su obtusa  belleza
Me aparto, me alejaré hasta el punto más lejano, atravesando la senda del estancado infinito
Mi videncia tienta otro hogar, el norte del Apocalipsis
Diviso los arrastrados esqueletos buscando su cuerpo
extraviadas sus almas
No recito cordura, ni alivios
La muerte todo lo guarda y se arroja fría por los arrecifes del silencio


don dumas



jueves, 31 de octubre de 2019

MARCAS


En mi esfera rosa
Gravitan mis insultos, libres, sois sin dueño
No pares círculo, tiernas hormigas, vienen y van, vienen y van
Pisando telas de Danubio
Cigarros a la gloria, esfumante humo
Marcas de ruido en mis ojos


domingo, 27 de octubre de 2019

NOCHE EN MARTE

Aquel sol, mi arrebatado astro, tan solo brilló entre las tarimas de mi conciencia. Su brillo llegaba débil, muerto, hasta mis extraviados pasos. Tan extraños y opacos os siento.
Te mostrabas tenue y cabizbajo ante los ojos de la  noche. Tu belleza no está en mi reino, no existe para el tacto de mi locura ¡Cómo escuecen tus caricias! en mi indefensa soledad, en mi insocorrida desvergüenza.
¡Oh luz, que sufres con mis pasos! Huiste en las tablas de mi naufragio, apenas te veo, crece un nudo en mi horizonte, te alejas en la calma.
No escucho tus notas sonar y es que solo ardes traspasando paredes del convento.
Eres fuego lejos de mi funeral
¿No ves que aun soy terciopelo?
¿No escuchas mis canciones de borrego?
Siento tu fino sexo en el acercamiento de un punto oscuro. Tu ausencia me hace temblar, son mis latidos el único sonido en mi universo
Me haces sentir un hambre de pecado por tus hilos extramundos, de furibundos destellos.
Te busco en un cielo paralelo, entre semejanzas que me acuden disparadas, latigazos empapados de semen.
Conoces el sabor de mi respiración, la sientes volando en los oscuros pasillos de mi suerte...arrebátamela de mis duros caminos sembrados de arrepentimiento.
Ya me arrebataste todo; mi poco sentido duerme. Sabe que no despertará.
Hoy es lunes de muerte y pánico,  esperando que las hojas secas resuciten en su amarillento esplendor.
Marta aun me espera, entre las encendidas rocas de Marte.

don dumas

viernes, 25 de octubre de 2019

TRANSFORMACION


Transfórmame en frío mudo, desprovisto del miedo que sopla en mis huesos. Sella con tu mano de arena el viaje astral de mis promesas extraviadas. El auxilio se escapa. Se hunde en una voz asfixiada por el polvo de tu granito ya difuminado. Transfórmame en misionero de mi espera, experto en crear los tenues meses en el desierto.
Soy poesía estrangulada de ojos rojos.
Y hoy estoy cruzando el tierno muro de la distancia; entresijando sus rocas habitan piernas muertas y dientes afilados de roedor
Entre manchas he descubierto el beso robado a la vida. Soy ese carmín travieso bajo su mirada

¡Transfórmame!

don dumas

miércoles, 23 de octubre de 2019

EN TIERRA FANTASMA

... me amansan los corderos de la noche hasta que despierto. 
Mis enanas y beligerantes pestañas te imitan, la virulencia de esta llama de vela vigilante. 
Ya me quemo entre la furia de sus inquietantes esquinas, son esquirlas transformándose en insensatez. 
Me arrojo en un pensamiento que no envejece. Vagamos eternos en nuestras fantasías.
Todo es fin escondiéndose en el hueco de las promesas, sacudiendo  la memoria incrustada en mi extensa película.
Perséfones y abedules mienten envistiendo engaños en mi hierática cara.
Acerco mis pesadas huellas a un ente. Buscaba el indulto de un adulador. Esa fragancia que diluye en la razón mi simple conquista. Y única.
Desciendo encadenado, nuevamente, desde mi tierra dorada. 
Prisionero de mi vida.

don dumas


Dedicada a Dios

sábado, 19 de octubre de 2019

ALMA Y PROSA


Me encoge tu mano serena, no me araña
mi imperfección sucumbe en su victoria
reviviendo en su tacto mis cuatro elementos
Interminables curvas evitan verte
mi vértigo se traslada de temblor
sin verbos dominantes en el acantilado paisaje
Me avisa un rotundo crujir, sombras surgen del cajón
burbujas eclosionan a mi paso incardinado
No asoman rostros en las míseras tumbas de arena
donde me hallo, agujeros entre mis pies
Criptas diluyéndose en mi deseo envuelto en música
Y los días se hacen agua
me hacen sitio sus orillas,
hasta el hueco de sus sarcásticas huyendo mis gritos
Retirada entre desafinados duendes de corneta y violín

don dumas



He traspasado mi nítida ventana, entre cubículos de materia grasa. Me agarra la mano de seda serena. 
Me arrastra en vida. Me disuelvo sobre agua, fuego, tierra y aire. Los cuatro elementos enredados en el surrealismo de una falsa noche. Todo me resulta diferente ¿olvido algo ajeno a mi desastre? Se me escurrieron todos lo pretextos, coparon excelsos las bolsas de plástico. Profundas y oscuras, abandonadas debajo del todo. Palpadlas sin el mayor interés ¡mis abstractas letras de criminal! vacías de abrazos.
Mis deseos ya no son físicos. Atrás dejo mi pegajoso paisaje de acantilados y rocas, pisoteadas con el temblor de mis días. Vértigo incrustado en sus espejos, me balanceaban en sus abismos. Su cristal formaba mi piel.
Me siento niña, oscurecida en la profunda pradera y nítida en la llama de un astro, de frágiles hombros, vestida por mi dios minúsculo. Nado entre imágenes simulando un sueño de vidrio, soy yo mismo alejándome de mis imperfecciones, cornucopia aviesa, cubierta del pálido moho del bosque. Me rapta el infinito, entre sus interminables curvas.
El color golpea a los días que se alejan en un torpe carro mundano. Amarrados mis gritos a sus vastas ruedas, huyen, regalándome el sonido dichoso de la orilla.
Lugar que clama a mi único deseo. Verbos que tan solo soñaban conmigo

don dumas

domingo, 13 de octubre de 2019

MI SEMILLA OSCURA

Mi oscuridad crece con la semilla en la que brotan mis lenguas de serpiente
Hace frío al reloj
Hace a mis lánguidos dedos sujetar otro mundo
Piso sobre su atmósfera charcos fecundos de miedo
Brotan sordos a mi paso y no me reconocen
Llevan hasta su aire todos mis gritos, allí reposan mis huesos
Entre sus brazos soy reino cruel y liviano
Sus caricias despiertan mil ojos en mí
Arrecia mi pereza por ser otra vida, volcar otras cosas en mi cabeza

don dumas


sábado, 12 de octubre de 2019

ANESTESIA

Era de una forma distraída, de una belleza inusitada
El fuego de la vida, ardía en sus pómulos, difuminados en el cristal que licua mi himno, donde nos mirábamos sin percibir el atardecer. Eran centímetros los que nos separaban del error. Y una eternidad alejados del terror
Me sostengo con mi palabra y ahora no caigo, perfumado por tus balas de muerte. No existe ningún día horrible persiguiéndonos. Porque no hay luz. Mi mar de la serenidad
Busco a la verdad demoníaca como un loco en silencio. Al apocalipsis se le llama sinceridad. El sentido árido me descubre a mí mismo, mi sentido atemporal que tú me enseñaste. Me engalana con el azul  de la inocencia, despojándome de mi desastre. Soy todo hidrógeno, viajando hasta el infinito en feroces volutas de aire.

don dumas



lunes, 7 de octubre de 2019

TROPIEZOS DE EGOLATRA (POESIA Y SU PROSA)

Quien hace a dios plástico muere sin haber conocido al diablo
Pisa lunas que se convierten en lagunas de arenas movedizas
Extraño el don que brilla
Ausente luz de gracia
---------

Despertaba  todos mis días con un dios de plástico debajo de mi almohada. Rezumaba fe a través de mi piel invisible, obstruyendo mis poros rebeldes. Aún respiraba, en los espacios de otro mundo.
El falso rocío me despegaba de mis sueños sobre mi castigado suelo. Él en todas partes, iluminando con sus antorchas fantasmas, su misterioso agujero atrapando restos de mi humanidad.

Y mi tropiezo fue tan solo con un fino hilo salvaje. Vi erizarse el bello de los monos, clavando sus ojos hacia las pardas lunas. El árbol se mostró ante ellos como la primera cruz. El inmediato ocre ardió en ellos como el vestido avieso haciéndose firmamento. Es extraño el don que lo hace brillar. El mismo que transforma la inmensidad en un micro ser.

don dumas



En honor a Mia Zapata. Besos allí donde tú estés 

domingo, 6 de octubre de 2019

ESCUCHA ( POESIA Y SU PROSA)

Escucha

El Diablo se transforma en Tiempo
Pequeñas dudas germinando en bosques
Respirando entre filas de miedos
Sorbos de gotas que ahogan despacio

Deshoja el día en sus grises ojos
Me devora porque no me conoce
Destruye sueños de mi ángel
Hasta hacerme esqueleto

Cada segundo es perpetua deuda
Se transforma en su tormenta
Solo los sueños respiran
En el crisol de la espera
--------

El diablo se transformaba en tiempo, regurgitaba mi grotesco animal, en surcos que recorren mi piel, quemándola hasta sus cenizas. Cenizas que vuelan hacia el infinito inexistente dibujando un ocho entre su existencia. Un recorrido que se agota en el pensamiento.
Las noches se iluminan asustándome, arrojándome sus pequeñas dudas. Caen en mis sienes sus gotas malditas. Me abrasa su tacto. Me queman sus dudas, desdibujadas entre el abrupto bosque. Entre mil caras, solo asoma la cara infiel, penetrante en la espesura del ramaje roto. Me sobrevuela con la indiferencia de su altura estratosférica. Y yo respiro entre filas de rocas hechas de miedo, que me ahogan despacio, en la lentitud de la pesadilla que no te despierta. Frío que revienta mi río ¿lo escuchas?
Tiempo que deshoja el día con sus grises ojos, sin parpadear en el paso de sus robustos segundos. Y me devora con el odio de quien no me conoce, destruyendo todos los sueños de mi ángel. Mi anónimo guardián respirando por mi sangre. En sus alados deseos jugaba mi aura hasta hacerme esqueleto.
Bebo de cada uno de los segundos que me tocan y acarician mi extrañeza. Arrecia su tormenta en mis pies desnudos ¡dejadme correr a través  del firmamento de mis sueños! ¡Devolvedme a mi cuna! No necesito dientes, ni el sol que calienta mi espera.

Eres mi diablo

don dumas





miércoles, 2 de octubre de 2019

LA ULTIMA NOCHE EN EPSILON

Graznidos del polvo embalsamado me tapan,
venciendo el loco dolor, cargando de islas mi consciencia
Subyace en sus velas encendidas toda mi vida
Se muestra el diáfano difunto ante mí
desvalijando mi ánimo
su presencia delante de mis ojos apenas me ciega
brilla su seco roce en mi soledad,
sobra el día de mi muerte
Mi desteñida infancia se diluye
desarropada, respirando en alistesis todo su vapor
entre gotas ácidas y en veneno que ahoga
Racimos de dorada crueldad inundarán mis fosas,
transformado el vinagre
en rostros coagulados del crepúsculo,
extintas mis malditas rosas
Rodaré descamisado en el atisviento mundo
desconsolado
entre turgentes colinas de mi juicio
trampa de segundos mortecinos
arrastrando los estigmas en mi vientre
restregándose en mí su pegajosa metadona
perpetua, penando mi sucia carne
mirándome con el hueco de sus ojos,
La acústica profundidad me llama
reino del silencio de Hades
entre pirámides obscenas
sus versos son cargas que me destruyen
Serenidad volando entre bellas notas
de amada melodía
Anoche me visitaste con la luz de la muerte
encendida
Heridas mis notas musicales con arcanos delirios
me callan

don dumas





domingo, 15 de septiembre de 2019

EL AVE QUE HUYE






Adrian Borland decidió el momento de su muerte, cuando es ella la que acostrumbra a decidir por nosotros.
He rescatado esta joya sobrenatural. En este vídeo se muestra la naturaleza real del universo que contenía Borland. Escuchar la fuerza de su voz, de su talento, en esta canción, hace que nos sintamos malditos. Y privilegiados.
Esa voz que nos anuncia nuestra propia muerte


Boceto de poesía en continuo movimiento....:

En mi espectral palidez
en mi diosa de agua
asoma
silenciosa, alma sin ruido
tras los nudos del muro

abraza al vacío su recorrido extraño
arrastrando danzas de caracol
hasta encontrarme
en romance
con mi cobarde memoria

a tientas
entre tactos de embrujado tormento
hacia sonidos despiadados
se pierde de rodillas
en cruz de abandonada muerte
sus extensiones
penetran
en desnudada luz
sobre una espesa mancha de esquirlas
adormecida
sin  deseos de hambre y sed
fuego sofocado en amalgama
reverso de mi puerta hueca
tan opaca se balancea
como pendientes ensortijados de un ángel
al son
melódico
del aleteo de sus alas
te alejas desnutrida de calma
en densa lluvia penetrante
en rastro de huellas que no secan
Y te siento que duermes en mis guijarros helados

don dumas

martes, 27 de agosto de 2019

NEBULAS


Observa mi cara, cargada de espejismos. La lavo solo para sentir vida en el agua.
Protuberancias descendiendo de las nébulas.
¿Acaso duelen más esos aguijonazos de avispa?  Bárbaro.
Me muerden todos sus números, del cero al nueve. Sin báculos de por medio enrojeciendo al lacayo.


Nuestro Norte se ha fugado con primaveras. El sonido ahora lo busca.
Desarropado o ignominioso, es un vulgar anónimo.  Pertenece en exclusiva a la gravedad de mi pensamiento.
Con este libro, en el que no os miento.       


Viajo en un velero, de enormes proporciones. El timón de hierro arde oxidado por el salitre de tu mar. Pero el rumbo ¡ay cucaracha! lo dirijo yo.
Encallaré entre mareas de inconsciencia ¡Oh penumbra!
Eres tú, la luciérnaga que me acompaña entre tormenta y tormenta.
Entre tormentas me emborrachan tus tristes ojos.

don dumas

domingo, 18 de agosto de 2019

METAFORAS BLANCAS

17 agosto 2019

Cojámonos de la mano como dos espíritus misteriosos. Sonarán en el crujir de su contacto flojas muecas de psicodelia. Aquellos días, los que nunca existieron, se escucharán cercanos, asomándose a través de los párpados de la invisible existencia. En su forma fantasmal surgirán desde un abismo, vestidos en ocre Otoño, cincelados en la rugosidad de sus hojas marchitas que ya vivieron, extenuados y escondidos entre pisadas que dibujaban en círculos al mismo miedo.
Sabría decirte, mirándote a tus ojos encendidos, lo que el miedo allí escondía: el sentido ignoto del fin. La existencia extinguida sin remisión. Y sin regreso.
Cerremos juntos los ojos. Apaguemos la misteriosa luz que se derrama en el despistado y lánguido horizonte. Haremos nuestro el universo que esconde los indescriptibles sueños, tapados por eternas ruinas bajo el manto del gracioso Edén.
Y navegando entre la ausencia de cualquier atisbo de luz, flotando en la inmensidad de la materia oscura, seremos conscientes de aquellos días, los que no existieron, envueltos en el murmullo de un oleaje de palabras, en un reino de metáforas blancas, libres de la monotonía y del escozor del paso del tiempo.
Toda esa inmensidad cabría en la memoria de un insecto.

don dumas


sábado, 27 de julio de 2019

UN RELAMPAGO EN LA NOCHE

28 julio 2019


El cielo se encuentra aturdido, allí, donde las rosas florecen de noche
Espacio invisible que entristece a la mariposa de alas negras.
Todos morimos en su  lluvia macabra de oscuridad.
Ella es milagro, dibujada sobre acuarela, divisa mi muerte en el teatro de la desdicha.
Avista el bálsamo alejándose misterioso en busca de la inmensa caja vacía.
Si las sombras perpetúan sombra, yo soy su reflejo, soy ella. El beso fantasma
El tiempo me echó sus cartas en mi invisible torpeza. Una leyenda en blanco
Voz que se escucha solo cuando muero.
¿Qué llevo tras de mí? ¿Qué arrastro en mis pensamientos envejecidos en hielo?
Palabras envueltas en sus negras gotas de lluvia
Revoltosa, la pequeña Alicia toca los acordes de mi sangre distorsionada
Ella me ama, entre las turbulencias de su corazón
Me exuda en sus deseos
con su vaporoso cristal anodino.
Y yo lucho por encubrirla de la muerte
Con el rapto de la mirada en sus ojos
Tormenta en mi prolijo tormento

don dumas


sábado, 20 de julio de 2019

FANTASíA LUNAR



Hoy es un día atronador, lo vivo entre la angustia y la felicidad . El día más bestia. Un día como hoy, si, hace 50 años, el hombre dejó de ser oscuro con un solo paso. Y surgió una luz abrumadora entre unos labios perfectos "es un pequeño paso para el hombre; un gran salto para la humanidad". Así describió el astronauta, el elegido, Neil Armstrong, la ruptura de las cadenas que anclaban al hombre a un único destino. 

"Y de todas aquellas vidas que tuve elegí la que me permitió besarte estando en ella. Pisando la más blanca de las lunas blancas. Permaneciendo aquel beso en todos los recuerdos de todas mis vidas...."

Mi recuerdo a la fecha más atronadora desde que el hombre es hombre. Para ello he elegido una de las 10 canciones más importantes y desgarradoras  del Rock. De la música. 
Es mi Fantasía Lunar

don dumas  


A Neil Armstrong, Edwin "Buzz" Aldrin y Michael Collins


domingo, 14 de julio de 2019

LA CRITICA QUE NADIE CREERÁ -

Noche cálida de verano. Es la noche del 13 julio de 2019. Nuestro siglo XXI ya calentó motores. Aún tiene que correr mucho para estar a la altura del siglo XX. Siglo de la conquista de nuestra Luna. La hemos acariciado con nuestros cortos dedos. Nuestro verbo ya no está solo. Camina junto al polvo de estrellas.
Miro el reloj. Mi ansiedad aumenta por ver nuevamente a The Cure. Tengo ganas de  escuchar algo más que música. Quiero volar y transportarme a los mundos escuetos de los hombres elegidos.
Madrid disfruta de una verdadera noche de verano para dar cobijo al talento. Los pájaros negros duermen acariciando las puntas de las ramas. No hay luna llena, tan solo esplendor.
Estoy frente al televisor. Veo salir al grupo apremiado por sus sombras. Asoman al escenario que proyecta la oscuridad escondida en miles de años.  Se acercan a sus instrumentos como si fueran a pilotar el Apolo XI. Seguros ante miles de ojos. Cada mirada es un eclipse en el tiempo.
Desde el primer acorde de la primera canción con Playsong iba a ver  como las cinco torres acabarían cayendo una tras otra. Mis ojos perdían la tensión que tenían desde el inicio. Miraba con fuerza para entender porque no encontraba el sonido que necesitaba escuchar. La sangre que sacia al vampiro. Muy pronto mi decepción tenía explicación: no encontraba los dedos ensortijados de Pearl Thompson. Sus dedos llenos de magia que crean y rellenan el sonido de guitarra hasta hacerlo pleno. Su sonido lo escuchas sabiendo que Thompson lo rescata del más allá para mostrarnos la elegancia de otras vidas. Eso es seguro. Pero él no era uno de los invitados al concierto de la cima.
En su lugar, Reeves Gabrels permanecía impertérrito asiendo la guitarra como un mecánico coge la llave inglesa, asumiendo su papel de burócrata del sonido. Si, cumplía su papel, pero no me transmitía la sonoridad embrujada de Thompson. Lo echaba de menos. Las canciones no sonaban con el espíritu con el que fueron creadas. Vacías de alma. La voz de Robert Smith sonaba a esperpentos por momentos. Se imitaba a si mismo. El bajo electrónico de Simon Gallup orbitaba sin parar entre la contundencia y el caos. Su sonido iba y venía como mi propia crispación. Sonaba a hueco. Sonaba a desesperación mezclado con el fino viento nocturno.
Solo me dejaba llevar por el ritmo cuadriculado y feroz de Jason Cooper. El bebía de la savia pretérita de la oscuridad. Competía por arañar la preponderancia que tenían los sonidos de teclado. Si, el talento de Robert Smith había dejado marchar a los fantasmales sonidos de guitarra. Los castillos no imponen tanto si no los rodea la bruma. El sonido del órgano poco fantasmal levitaba entre los cabellos lacios de Roger O'Donell. Escuchaba sus acordes saliendo  de su teclado como quien se mira en un espejo, creyendo que es el más interesante. Su melena era acariciada por el frenesí y la brisa de la noche madrileña, poco más. Pero los aplausos, después de cada canción,  eran meros sellos en una carta. Apenas importaban, casi molestaban.
Después de dos horas de concierto, continuaba despierto esperando la canción que me derrotara, aquella que justificara toda la inspiración que he sentido con The Cure. Me fui, deserte hasta mi  cama buscando refugio, sin haber reconocido los acordes de Desintegration, Fascination Street, y tantas otras. Sonaron tan irreconocibles, tan lejos de mis fantasmas....
El día anterior si que disfruté en el mismo lugar con The Smashing Pumpkins. Mi colega Billy nunca me decepciona. El es poesía siempre. Vuelo en sus ojos de aeroplano











viernes, 14 de junio de 2019

JUNIO - NOTAS DE MI CIUDAD

La medusa de los espíritus I La mascara de las muñecas II El báculo oscuro III oscuridad IV

La medusa de los espíritus I

Me habla el árbol, despertándome entre la hojarasca del hundido refugio. Fundido bajo los reciclados rayos del sol herido. Absorbidos, los problemas blancos resucitan entre neblinas cantarinas. Una canción tras otra. Incólumes. Palabras que brotan de envenenadas  manos haciendo del veneno escudos entre sus nudos. Se adivina una reunión de espíritus, todos niños malheridos. Arrecia y brota de sus carnes desgajadas y rotas el dulce olor a vino. Oscuro como la maravilla. De tupidas alas de golondrina. Sirenas aladas del Océano. Rezan las semillas a las endiabladas perlas, crecidas bajo el solitario río de arena. Las túnicas se tejen con su sangre, con bordados de juegos, y semen del vampiro ciego. Así aman las estrellas de la oscuridad, arrastrando las lagunas de recuerdos secos, desde un universo al otro más descarnado. El rostro inexistente dejó de ser amado.
Los espíritus esperan, recostados en su roca infinita, dejar de ser sueño, explorar la danza del gallo, picoteando las sensaciones del absurdo Mayo. El bendito señuelo se pierde en el misterio cuando la puerta se cierra. Ellos lloran lágrimas de cera.

Ecos de Murmullo. El suelo se abre en cascadas de sed de miel.

Llega el silencio. Se escucha el vacío en la noche. Arden sus ramas envolviendo el  amanecer con montañas de ceniza. El reino de anchas costillas que atemoriza.

Las cándidas notas musicales se transforman en sogas, como antenas de grillo. Esparto marchito viajando entre raíles de furia. Flores de huesos de luna esculpen la rabia con su forma. Arañan el movimiento hasta diluirse entre cubas de uvas. Su piel blanca y bella les habla de sus secretos. Enamoradas del frío mármol. Eterno. De velas que lo iluminan. Adoran su magnetismo, dibujando todas las direcciones. Anunciando todas las profecías hasta el final de los fatídicos días. Acuarelas en blanco y negro henchidas de islas de perfumes. Exceso de cunas donde crecen las medusas.


la máscara de las muñecas II

El sonido de la mariposa. Se escucha libando las notas del cielo que desparraman su música. Sus alas crecen y se expanden cruzando la muralla. Un verbo de oro las susurra. Miradlas en la lejanía intocable. Mutando. Escuchad sus gemidos en el recto alba. El sonido de la escarcha. No hay recuerdos escritos, difuminados en el esquelético cuerpo de las muñecas. Desfiguradas y escondidas entre mascaras.
El sonido transformado en ruido nos aparta de ellas hacia la locura tridimensional. Solo son ecos en la caverna abandonada. Atrapados. En míseros círculos. Las manos cercando el cerebro. Sus huellas rozando una mente azul. Llega el miedo escondido en el vértigo. Atrapado entre los ojos de todas las muñecas. Barco que zarpa sobre un mar sin olas. Cargando la apatía en sus hombros. Arden en el crematorio todos sus pasajeros en tristes cenizas de oscuro olvido. En tristes sombras. Su pecado ya no es celestial. Expulsado hasta la captura de la inmensa jaula. Esclavos sin saber andar con sus pies de clavos. Hacen extraño su paseo, arrastrándose sobre el polvo de la media luna. Creyendo ser un hechizo. Y sólo hay aire difuminado…


El báculo oscuro III

No respira. Hay un cuerpo que no respira. En el soslayo del mediodía. Sus acantilados ofrecen a los rostros su guerra. Sajan las venas que riegan la tierra. La bruja tira las cartas sobre su pecho. Nos ofrece la suerte del demonio. Nadie desea mirarse en este espejo estrecho. Entre armas que callan ciudades y peste que se bebe como un alma agreste.
No respira. Su cuerpo no respira. Respiraba un aire oscuro. Cavaba su tumba en los secos labios del destino, con la sed de la bella ignorancia. Era un cadáver viejo, encajonado entre madera enferma. Arrostrado en sus cuatro paredes. Las agujas del reloj, atosigadas, suspiran por señalarle el invisible prado, difuminado con su largo socorro. Alargando su corta mano a Jesús. En plena destrucción, en el pensamiento de su noche de más noches, chapoteando sobre sangre ciega, siervos incoloros. Encerrado en el miedo. Apenas una microscópica luz asoma en el perdido horizonte.

Oscuridad IV

Las ondas arracimadas envejecen invisibles contigo. Es tu pálpito.
Un esqueleto sin mirada que arde. Donde en él se pierden. En un macabro juego de ilusiones.
Su niebla irradia el destello que no deja ver, oculta entre la vereda ciega.
Abrazada a un pergamino reza a su belleza.  Un mundo enterrado en la oscura destreza ¿Escuchas?
El agua de la esperanza riega con sus gotas de seda la tierra de las alabanzas.
Ánimas danzarinas en el salvaje vergel rastreando el temblor de tus pasos, en el tempo caótico, dirigiéndose hasta el sendero de la muerte. Infinita. Y fría. Mutilados tus ojos de la brisa. Sobre la mancha blanca en la que eres esclavo. Sin pecho cubriendo tus indefensos pulmones.

don dumas



domingo, 7 de abril de 2019

GOTAS DE DIOS (Distopía) capitulo I


Un mundo de vergeles se asomaba todas las mañanas ante mis ojos. La noche de sus dos lunas se había evaporado. Las brumas salpicaban con su frescor el paisaje acomodado que todo lo envuelve. Me deshago de mi pereza. Estiro todo mi cuerpo al nuevo día. Tenso mis neuronas. Me levanto para verte.

Hoy espero una de las tres tormentas que anualmente cubren casi en su totalidad mi exuberante planeta Heson. La veo acercarse. Majestuosa, esplendorosa. Abrumando el cielo con todos sus grises. Llenando con su acaparadora oscuridad el cuadro del nuevo día. 

El sofocante calor irá disminuyendo hasta erizarme la piel con escalofríos. Ya noto su frescor asomando en mi piel. Refrescándome la mirada en mis ojos. Pero arde mi ansiedad por disfrutar del fruto más salvaje que dará la esperada tormenta. Es el reino de todas las flores, de todos los vergeles, bajo su lluvia verde ¡La esperada lluvia verde!

Quiero permanecer debajo de ella cuando su implosión cubra con sus charcos todo mi paisaje. Mimetizarme con sus esmeraldas gotas hasta su adiós. Luego nos acompañará el viento, secando con su aire el barniz más imperioso e impoluto derramado en todas las briznas posibles, cubriendo con su vida todas las plantas.

Las nubes se preñaban de la sustancia milagrosa a través de su proyección con rayos láser. Apuntaban a su panza con certeras puntas supurando siempre con su luz. Acuñando con esperanza las volátiles nubes. Su vapor se deshacía en milagro. En esperanza. Y a la vegetación la transformaba, con su deseado baño, en ignifuga. Imperecedera y perpetua. Aquella sustancia química hizo de nuestro planeta su salvación. Y la nuestra.

Hacía lustros, yo ya no recordaba, que no ardía un árbol, ni un bosque, ninguna planta perecía en un infierno de llamas en el planeta. Los incendios habían sido exterminados de la misma manera que ellos habían intentado arrasar nuestra vida. La lluvia verde ahora regaba con su color y su frescura la tierra más hermosa. Era como una novia esperando a su amado príncipe. Era una flor esperando a otra flor. Su protección. Su protector.

Ya escucho sucumbir a la lluvia, sus gotas se descubren con el mismo amanecer, se esparcen sobre el horizonte mientras escucho de fondo cantar a mi madre. La escucho rebosante de alegría. Ella sabe. Ha salido al jardín con sus trémulos brazos extendidos en cruz. Abrazando a la naturaleza. Solo la escucho cantar en los días de tormenta. Su voz es un rayo iluminando mis sentidos. Tal vez, a toda mi memoria.

El desierto se inflama en bosques  y el verde nos vuelve a  regalar un día que se incrusta casi en nuestra hermosa eternidad. Ya veo diluirte, tus rayos se esfuman con fogonazos de jolgorio y alegría. Me dejas de nuevo pisar descalzo las encharcadas calles rodeado del aroma de tu lluvia. Debo ponerme mis zapatos y regresar al trabajo. Los rayos de los soles que vuelven a asomar y el murmullo callejero de la gente me anuncian que el día solo acaba de empezar…Atrás quedó la tormenta y sus gotas de Dios.

don dumas

domingo, 17 de febrero de 2019

FEBRERO EN LA NIEBLA parte 5






Poesía ¡poesía! ¿Dónde estás cuando respiro el hollín que a la vida le sobra? ¿Entre sus exabruptos?
¿Acaso la noche duerme entre las rocas que ella misma erosiona?
Eres pusilánime y la misma belleza te odia. Etérea en tus versos ¿Por qué subsisto aun en tu Universo? Quizás sea la misericordia que desdibuja mis sienes.
Bostezo, cándido y temeroso, entre tus aletas. Clavas tus colmillos en la esponja débil de mi destino. Anda, suéltame sobre la luz del infierno.
Te he perdido y ¡he perdido! Desde ese momento en el que algo me toca. Malditos dedos de Dios.
Tú me llamaste para escupir sobre mis anhelos. Y entre ellos ahora muero.
La realidad me muerde entre la aislada oscuridad ¡Que me diluyo entre sus notas! Mis campos de Marte.
Eres la niebla que me habló entre fantasmas. Mi niebla…
Se ver en mis días de averno lo que en mí escondo. Viento que en mi único tiempo vuela. Hijo de mi eterno aire soy y mis dedos, mis alas...

don dumas




sábado, 9 de febrero de 2019

FEBRERO UNIVERSOS parte 4





Existe una vida en cada una de mis frases. Un Universo seco. La idea que se vierte en tinta melliza tiene huesos y duerme en la noche. Tú puedes ver su mundo en mi espalda y en mi pecho. Insuflando de fiebre mis pulmones. Cánula ardiente de mis visiones.
Tengo hambre por cogerte la mano y enseñarte el paraíso. Es el momento de transformarme en humano. Cercano. Mudo mis escamas en invisible piel. Me convierto en tu sombra y en tu destino. Un lienzo en tu mente.
Prolongo nuestro beso en el baile púrpura, despojándome de mi ropa de lana.

Los días de primavera matan las mentiras del demencial Febrero. Y ahora, desnudo, paseo en sus jocosos prados. En tu mano se derrite su hielo para hacerse espejo

don dumas



FEBRERO EN LOS ABISMOS parte 3




Los abismos...me hunden en su tierra de escombros. No camines de noche en sus helados pensamientos. La sorpresa hierve en cada uno de sus rincones.
Con los ojos cerrados, sin ver ese cielo de pupilas oscuras brillando, lo transito.
La doble herida me sangra. Áspero su hierro fundiéndose con mis pasos.  Siento el óxido que ya no es costra ajena.  Es mi tatuaje. Una salvajada que nos elige como sus delicados temblores. Y marca toda mi ruta en la insondable gruta.
¿Quién sabría encontrar su salida sin dañarse?
En mi plena serenidad.
Busco la frase que me amó.
El momento terso de la oscuridad ya se diluye.

don dumas




domingo, 3 de febrero de 2019

FEBRERO LAS COLUMNAS Y LAS CRUCES parte 2




Abrí los ojos nuevamente………para ver reinos; veo reinos en la habitación oscura.
El ángel ha sellado sus alas. Permanece inmóvil. Pero inquieto. En el cementerio las columnas y las cruces impiden su vuelo. Las columnas braman en su cara. Las cruces le abandonaron en su esquilmado reino.
Soy yo, abrumado y descalzo, rodeado de un ejército de peces.  Y una palabra resurge en un sonido tríptico que estremece. Ese ruido lo reconozco. Fino, estridente, de filo de navaja. Surgió de la profundidad de la gestación. En la noche de las noches. Es el encumbrado grano de mi montaña. Arropado de esperpento: la muerte, la nada y el vacío. Mis tres grandes temores.

Ahora soy el único hombre que llora ¿Este es mi reino? Expuesto en un círculo de ojos. El nacimiento. Son días acompasados por pasos pegajosos. Atravieso sin alas los abismos. Los desmerezco………….

don dumas




sábado, 2 de febrero de 2019

FEBRERO TRAS LAS DOS FLORES parte 1

FEBRERO TRAS LAS DOS FLORES





El fuego entre tus dedos hizo amanecer la ciudad con el calor de las propias flores
Y yo ya no duermo. Soy incandescente. Mis ojos son sangre ardiendo en otro mundo. Me escondo tras ellos, en su turbia madeja,  serpenteado en el subsuelo,   acariciando rabos de rata. Largos y etéreos como su veneno……
Los sueños se escurren impalpables, ariscos, por la piel terrenal del futuro hombre muerto. Agachado, de pie, tumbado, pero siempre en el exilio. Buscando incansable la realidad con manos de plata.
No duermo, no duermo, la esquizofrenia es rugosa. Sus andares traviesos punzan el territorio de nuestros juegos.  Y los míos son secretos, escogidos tras el largo despertar. Entre profecías y tormentas, rodeado de canciones en la oscuridad.

Dos flores perennes me buscaron un cielo. Yo elegí todas mis muertes. Una tras otra; oscuras, serenas, solitarias, monótonas. Nunca eternas. Hechas mis estúpidas historias. Abrí los ojos nuevamente………


don dumas