sábado, 23 de noviembre de 2019

DISPARADME




El tiempo se me hace niebla
Se oculta su sol entre tanta rabia,
entumecidos mis ojos espumosos por heridas de mi bastardo desierto
Soy un espectro gravitando entre sus columnas
Tan solo una palabra es capaz de aturdirme,
destruir a mi falso gigante besado cruelmente sobre su planicie.
Sé que derramas tu frío sobre mi piel dormida hasta la agonía

Me desplazo entre sus punzadas, como soga colgando de la noche,
aliviando los vaivenes que voltean a mi cuerpo atado en su nudo,
adormecido en el afán
Sus movimientos apócrifos me asoman a los profundos canales de la locura,
no hay boca limpia

Y se aleja, murmullando, cabizbaja, toda la sinceridad de lo que decíamos
y duerme la verdad oscurecida entre omisiones
Cabalga el torpe recuerdo de lo que fue mi semilla en mi grupa asfixiada
Letanía reptando bajo tus sombras
Es la muerte entre angustias que ofrecen las promesas sentadas
Y yo soy su hueco dudando por encerrarte en mi invernal aspereza
Nada respira dentro de los círculos herméticos de la noche
Disparadme cerca del corazón para sobrevivir, en este momento de gloria y final
El vuelo de la gaviota se enredó entre los surcos de mi destino

Disparadme pronto, a mi consciencia. Y ser certeros

don dumas



domingo, 17 de noviembre de 2019

LAS COSAS QUE IMPORTAN




Hace frío en este inquieto día, alejado de las cosas que importan.
Tengo frío en todo mi pensamiento. No siento el calor de mi sangre. Las sábanas tupidas de algodón me despistan, tan solo cubren mi cuerpo, aún permanece desnudo el miedo, abrazándome en mi caída perenne.
Tengo sed, los sapos se retuercen en mi garganta, abro mi ventana a los sorbos del Este. Diviso su campo de cruces, en la mirada de los cadáveres, hablándome con su decaído iris.
Soy hijo del aterrador siglo, con la muerte pisando cada momento, sus estrofas visitando todas las estancias. Busco el freno que anule mis fatales visiones

don dumas


viernes, 1 de noviembre de 2019

MIS FLORES PIDEN REDENCION

La ausencia del viento…es judas… en mis brazos extendidos en cruz
Detesto las formas, solo sobre ellas caminan los olores, soy ausente,
invisible entre terrosas creencias
Esas sombras que no se tocan tienen un nombre, las miserias son de cristal, y avanzan ante  la mirada de mis ojos destruyendo su obtusa  belleza
Me aparto, me alejaré hasta el punto más lejano, atravesando la senda del estancado infinito
Mi videncia tienta otro hogar, el norte del Apocalipsis
Diviso los arrastrados esqueletos buscando su cuerpo
extraviadas sus almas
No recito cordura, ni alivios
La muerte todo lo guarda y se arroja fría por los arrecifes del silencio


don dumas