domingo, 23 de febrero de 2020

LA PEGAJOSA DAMA



Ella pasea ante mis ojos como un día sin final
A veces, turbia máscara de sopor, de incógnita oscuridad
Bestia dama sentada sobre la ausencia de alma
Aún circea cristalina a los precarios témpanos que sobresalen en mi piel
Y calma mi ruido el gemido de sus cascadas, observando sus gotas, una tras otra
El contacto con su voz me tiembla al rostro
¿Serán mis últimas palabras, eternas, como mi caprichoso pensamiento?

don dumas

sábado, 15 de febrero de 2020

CARTAS A MARTA DESDE MI LEJANO MARTE



Siento que hoy mengua el destino Marta, respira lejos mi vida, pero aún permanece serena la distancia de mi corazón marciano que busca sombra entre sus rocas vencidas. Reposo mi cabeza entre su oscuridad, surgen  sueños famélicos.
Un manto negro, como una venda en mis ojos, tapa el cielo, el rojo carmín de los valles es negra sangre, borbotean sus gritos a la clemencia, su desbocada llanura.
Lloran hombres, sus caras son agujeros asesinos que duelen y arañan. Su mirada ha retrocedido ante la muerte.
Tengo miedo Marta, suenan voces que no son gritos, son disparos. La bala del francotirador roza mi hombro. Busca la carne herida, oculta tras el olor de mi sangre.
Hoy muero Marta, no aprendí a ser hijo menor y la distancia hasta mi padre se me hace larga.
Quiero despertar, alejar los alaridos cosidos en arañas, la muerte a bocajarro, su olor maldito succionando mis venas, atando mi vida a sus cadenas. Las siento como una soga. El aire es denso y se aleja de mis pulmones. Oscuro demonio he sido.
El pegajoso sigilo me atraviesa, son clavos que llueven sobre mis latidos, esa tupida sábana que lo cubre todo.
Marte ha ennegrecido, la soledad de sus piedras ahora me habla

don dumas



domingo, 9 de febrero de 2020

FEBRERO A LOS ADIOSES -


He llegado a la abserta de mi amplia luna, con mi absorto sonido, arrastrados mis pies, arrastrando mi negro nombre. Fui cristal en esta vida prohibida
Adiós golondrina, me enamoré del negro color de tus vuelos, huidizo revoloteo sobre nuestro lago de duelos
La punzada zumba en la herida profunda, marcas de parsimonia cruzan mi sonrisa, difuminándome en el triste marfil, ya desquiciado, resquebrajado en el olvido. La herida es mi ventana, árida mirada de los grises soles. Solo ellos me acompañarán, ellos que me vieron nacer en un desierto
Carga el viento mis arruinadas maletas, mi padre ha marcado el camino, y subo sus escaleras. Somos el viaje hasta las esferas.....

don dumas

jueves, 6 de febrero de 2020

ARIAS DE MI MUERTE

El fecundo libro de la muerte, entre arias de sonidos levitando, a mi voz cruje,
en la arrastrada silueta de todas sus sombras, absorbe el calor de mi destrucción
Soy un asesino en la mentira y en el poder, y hasta el sigilo escucha la respiración de las muecas que escondo
El barco ha zarpado con destino a su no retorno, las velas de la magia sangran el odio en su cera, blanca espiral de luz marchita, blanca pared dibujando el perdón en un solo pecado. Cada palada de tierra en mi tumba anuncia la tupida vida eterna, sin ojos, sin el cerco del tiempo, apagada la luz de las estrellas, abierta con las esporas del infinito
¡Ay tu voz! la escucho templada, no tiene nombre, no toco aura, el tiempo la aleja cada vez más. Se mueven los brillos, es seda, es calma, tus alas de mariposa

don dumas





domingo, 2 de febrero de 2020

CONSTELACION



¿Y si el cuerpo no tuviera reino?¿Y si el cuerpo no encontrara el alma?
Abro sobre un segundo, mis ojos en el balcón de la mirada, a la eternidad. En la circundia reposa, de esa madera que anidó en roble,  la tragedia. Y el destino, embalsamadas sus siete cabezas de ecce homo, retrocede esclavo de su mirada. Y quien de él habla, muere.
Perfidia un viento lúgubre, quizás sea la noche, su perpetua rigidez me habla. Oscuridad de los campos crepitando en mis deseos. Permanece escondida, permanecerá.  El día observa mudo, mi espejo, quieto ante la ausencia de la efímera dama
La miseria se hace constelación. Quizás sea yo




El viento lúgubre
Quizás sea la noche
Su perpetua rigidez me habla
Oscuridad de los campos crepitando en mis deseos
La miseria se hace constelación
Quizás sea yo


don dumas