FEBRERO TRAS LAS DOS FLORES
El fuego entre tus dedos hizo amanecer la ciudad con el
calor de las propias flores
Y yo ya no duermo. Soy incandescente. Mis ojos son sangre
ardiendo en otro mundo. Me escondo tras ellos, en su turbia madeja, serpenteado en el subsuelo, acariciando
rabos de rata. Largos y etéreos como su veneno……
Los sueños se escurren impalpables, ariscos, por la
piel terrenal del futuro hombre muerto. Agachado, de pie, tumbado, pero
siempre en el exilio. Buscando incansable la realidad con manos de plata.
No duermo, no duermo, la esquizofrenia es rugosa. Sus
andares traviesos punzan el territorio de nuestros juegos. Y los míos son secretos, escogidos tras el
largo despertar. Entre profecías y tormentas, rodeado de canciones en la
oscuridad.
Dos flores perennes me buscaron un cielo. Yo elegí todas
mis muertes. Una tras otra; oscuras, serenas, solitarias, monótonas. Nunca
eternas. Hechas mis estúpidas historias. Abrí los ojos nuevamente………
Los sueños de un hombre son desconocidos hasta que despierta.
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