domingo, 19 de abril de 2020

MIS SOMBRAS


La única promesa viva que conozco,
me besaba con sus invisibles labios durante la tormenta:
para que se escuche el sonido de las mariposas, millones de ellas habrían de estar volando, existe el infinito en su algarabía, millones de alas de mariposas, aleteando su reflejo en mi pupila.
Temo el sonido de su aleteo, la caricia de sus cascadas en mi interior.
Ese sonido abre tantas puertas, que hace de Dios su música, y a mí, su indefenso humano.
Yo me atrevo a hablar de Dios, de la plena historia de los días hecha sangre y desmemoria, del exacto desastre que me lleva a la violencia en sus palabras. Me extiendo entre la suavidad del demonio.
Aquel metal hundido en la oscuridad de la tierra resurge entre cantos de laudes y en mi propio temor.


He subestimado a las sombras
Su suave sonido
aletean SU REFlejo
en mi pupila iluminada
Esconden la BElleza
El dulce matiz de la naturaleza
Tan sutil el camino recorrido
dan forma a mi destino


Me empapa su Lluvia en el oscuro hundido, sonido que no cesa…
Sois mi rostro cruzando en deseos de leviatán, entre sorbos que me reducen a la nada.
Ellas Viven en los ojos de Lázaro, entre todas las muertes,
en las palabras que alumbran el pensamiento, lánguidas ramas que mece el viento,
plenas bajo el diluvio de nuestros deseos,
el sofoco de la puerta ténebre que se cierra entre huecos portazos.
Regreso a mi segunda vida, con el sordo mensaje que nadie escuchará.

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miércoles, 15 de abril de 2020

EN LA ESQUINA VAGABUNDA


Mi furia se ha evaporado, ahora entre mis silencios descansas, mi resistencia duerme, mientras escucho tu voz derramándose en poesía.
¡Donde tú me lleves! Mis alas vuelan tan alto que no vislumbro sarpullidos en ninguno de mis pasados. Aquellas enormes miserias... apenas son migajas para el hambre de mi esquelético universo.
Y ahora, cántame, entre los nubarrones de la oscuridad, apagados los quejidos que me alimentaban. Déjame ser tan débil como pueda serlo. Tan ligero y liviano que jamás me posara en ningún horizonte, mantenido por el infatigable soplo de un vencejo.
¡Cuánto echo de menos tu silencioso descanso! aún cerrando mis ojos al vértigo, estremecido en el espeso paladar de la muerte. Tan juntos como extraños nos encontraremos.
Apenas escucho, los locos estallidos pertenecen al ayer; el ruido son sábanas que me envuelven en el mal. Solo un momento separa a la angustia del sueño.
Abro una página de mi libro, es todo un planeta en mí, y solo para mí, y se me clava como una flecha perdida en mi abrupta imaginación. Este es mi planeta...no necesita una flor que redefina su belleza.
Ahora descanso en ti. Mi resistencia duerme en tu poesía.

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jueves, 9 de abril de 2020

EL PEZ MURIO POR SU BOCA




Te busco en el eslabón perdido del extraño amor,
en la estratosfera encantada anidando sobre voces sueltas, acaso muertas.
Qué bella mi amada estridencia, se contornea en la tormenta más deseada, rasgando el impasible papel en mi monotonía blanca. Soy un bailarín danzante en su sombrío paisaje, en el escaparate de una vida eterna.
Brincaba en el tiempo el pergamino que me hablaba con sus millones de años, se escapaba de la fuente escondida, de su agua dormida. Mojaba mi instinto entre sus egregias palabras.

La negra trilogía que respiro no entiende de silencios, me mira entre el caos y su temblorosa anarquía. A veces sueño con el camino que no debo pisar, y  a veces ese recuerdo... se diluye entre fantasmas, cuando el volcán de la parodia se transforma en mi frío, y dejo de escuchar el hablar de mi único hermano, hasta volver al principio. Las palabras viajan alrededor de mis ojos ¿Qué importa su significado? El lobo ya me mira de frente y en el brillo de sus ojos apenas asoma un parpadeo, el absurdo holograma del pez en su iris.
El coral duerme entre los besos que no existieron. No olvidaré lo que fuimos aquellos  negros días, en aquellos días negros.

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sábado, 4 de abril de 2020

OCASO DE OCCIDENTE III


En el oeste de los sonidos
Abortaba la música en mi alma
La verdad me escarcea sus malditas puntas
Son pequeñas fragancias, amorfas sirenas navegando del viento al aire
Épsilon se esfumaba entre sus macabras flores
Y yo…
Yo
A sus días borrachos los expulsé
Arrojaba el miedo sin peso
Desnutrido aún recitaba círculos
El primor
La rabia
El desconsuelo
Escuálido prodigio
El hombre asesino
X
El ansia reposando en las caderas de un jarrón, aviesa agua en su interior
Si, soy feliz cada momento en el que no te pienso, soy soga ahogando la belleza

Alien esculpiendo el bromuro

Animaré a las serpientes
Sobre su verde calor
Deslucir en mi polvorienta visión
Cual ánimas que cruzan la estela de una flecha 

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