Me encoge tu mano serena, no me
araña
mi imperfección sucumbe en su
victoria
reviviendo en su tacto mis cuatro
elementos
Interminables curvas evitan verte
mi vértigo se traslada de temblor
sin verbos dominantes en el
acantilado paisaje
Me avisa un rotundo crujir, sombras
surgen del cajón
burbujas eclosionan a mi paso
incardinado
No asoman rostros en las míseras
tumbas de arena
donde me hallo, agujeros entre mis
pies
Criptas diluyéndose en mi deseo
envuelto en música
Y los días se hacen agua
me hacen sitio sus orillas,
hasta el hueco de sus sarcásticas huyendo mis gritos
hasta el hueco de sus sarcásticas huyendo mis gritos
Retirada entre desafinados duendes
de corneta y violín
don dumas
He traspasado mi nítida ventana,
entre cubículos de materia grasa. Me agarra la mano de seda serena.
Me arrastra
en vida. Me disuelvo sobre agua, fuego, tierra y aire. Los cuatro elementos
enredados en el surrealismo de una falsa noche. Todo me resulta diferente
¿olvido algo ajeno a mi desastre? Se me escurrieron todos lo pretextos, coparon
excelsos las bolsas de plástico. Profundas y oscuras, abandonadas debajo del
todo. Palpadlas sin el mayor interés ¡mis abstractas letras de criminal! vacías
de abrazos.
Mis deseos ya no son físicos. Atrás
dejo mi pegajoso paisaje de acantilados y rocas, pisoteadas con el temblor de
mis días. Vértigo incrustado en sus espejos, me balanceaban en sus abismos. Su
cristal formaba mi piel.
Me siento niña, oscurecida en la profunda
pradera y nítida en la llama de un astro, de frágiles hombros, vestida por mi
dios minúsculo. Nado entre imágenes simulando un sueño de vidrio, soy yo mismo
alejándome de mis imperfecciones, cornucopia aviesa, cubierta del pálido moho del
bosque. Me rapta el infinito, entre sus interminables curvas.
El color golpea a los días que se
alejan en un torpe carro mundano. Amarrados mis gritos a sus vastas ruedas,
huyen, regalándome el sonido dichoso de la orilla.
Lugar que clama a mi único deseo.
Verbos que tan solo soñaban conmigo
Nos acompaña en cada agujero que abarcamos en nuestro devenir. No hay alma gemela. Habitaré el alma serena
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