sábado, 12 de octubre de 2019

ANESTESIA

Era de una forma distraída, de una belleza inusitada
El fuego de la vida, ardía en sus pómulos, difuminados en el cristal que licua mi himno, donde nos mirábamos sin percibir el atardecer. Eran centímetros los que nos separaban del error. Y una eternidad alejados del terror
Me sostengo con mi palabra y ahora no caigo, perfumado por tus balas de muerte. No existe ningún día horrible persiguiéndonos. Porque no hay luz. Mi mar de la serenidad
Busco a la verdad demoníaca como un loco en silencio. Al apocalipsis se le llama sinceridad. El sentido árido me descubre a mí mismo, mi sentido atemporal que tú me enseñaste. Me engalana con el azul  de la inocencia, despojándome de mi desastre. Soy todo hidrógeno, viajando hasta el infinito en feroces volutas de aire.

don dumas



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