Expulsados cual hojas del misterio
en bellos hilos de negras flores
hacia la hilarante frontera
Vereda cubierta del polvo amigo
reflejando su enigma de doble cara
en la elíptica sinrazón de sus figuras
La indiferencia es forma de cien lagos
lánguido latido de la oscuridad
mentira de voces mudas e impalpables
¡Ábreme tu cara oculta!
aquella que no conozco, invisible, desdibujada
misteriosa raíz cuajada en el instinto
La cara que no se conoce, la sombra que nos domina o nos embellece. El duende abre la puerta, el duende cubre su infinito, con el misterio de un microsegundo. Todo en ello
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