La única promesa viva que conozco,
me besaba con sus invisibles labios durante la tormenta:
para que se escuche el sonido de
las mariposas, millones de ellas habrían de estar volando, existe el infinito
en su algarabía, millones de alas de mariposas, aleteando su reflejo en mi
pupila.
Temo el sonido de su aleteo, la
caricia de sus cascadas en mi interior.
Ese sonido abre tantas puertas, que hace de Dios su
música, y a mí, su indefenso humano.
Yo me atrevo a hablar de Dios, de la
plena historia de los días hecha sangre y desmemoria, del exacto desastre que
me lleva a la violencia en sus palabras. Me extiendo entre la suavidad del demonio.
Aquel metal hundido en la oscuridad de
la tierra resurge entre cantos de laudes y en mi propio temor.
He subestimado a las
sombras
Su suave sonido
aletean SU REFlejo
en mi pupila iluminada
Esconden la BElleza
El dulce matiz de la naturaleza
Tan sutil el camino recorrido
dan forma a mi destino
Su suave sonido
aletean SU REFlejo
en mi pupila iluminada
Esconden la BElleza
El dulce matiz de la naturaleza
Tan sutil el camino recorrido
dan forma a mi destino
Me empapa su Lluvia en el oscuro
hundido, sonido que no cesa…
Sois mi rostro cruzando en deseos
de leviatán, entre sorbos que me reducen a la nada.
Ellas Viven en los ojos de Lázaro,
entre todas las muertes,
en las palabras que alumbran el
pensamiento, lánguidas ramas que mece el viento,
plenas bajo el diluvio de nuestros deseos,
el sofoco de la puerta ténebre que se cierra entre huecos portazos.
Regreso a mi segunda vida, con el
sordo mensaje que nadie escuchará.plenas bajo el diluvio de nuestros deseos,
el sofoco de la puerta ténebre que se cierra entre huecos portazos.
