sábado, 2 de mayo de 2020

LOS NIDOS EN LA NADA



No me importaría descender hasta las ínfimas calas de la noche
Respirar su invisible aroma entre bellas flores del mal
Me arrastraría en serpiente hasta la última esquirla de mi agonía,
clonándome entre las angustias desprendidas de su excitante ruido
Retorcerme, prisionero, sobre moribundos campos, apagada ya mi voluntad
No me importaría rejuvenecerme en la muerte,
si tu belleza me permitiera solo a ti sentirte, 
entre la escarcha de mi tacto
Mi inmutable cuerpo se haría aceite boreal
rasgándote alrededor de mi absurdo sentido de la vida

Pero la locura amanece
Irradia su temblor sobre un soplo de certezas que me agonizan
Mi velo veneciano, traslúcida reencarnación, se ha vuelto gris 
Hoy resurgen negras sus nubes,
buscándose entre lágrimas imposibles de una oruga hambrienta
¿Cuál de los dos caminos serás?
¿Recelo entre el suelo polvoriento o el dichoso viejo alejándose?

Descendería hasta tu infierno entre calladas figuras,
dominantes, inertes, sin ojos,
ciegas a los albores de la vida,
estulticia revoloteando tras el inmenso espejo,
observándome con sus aspavientos desesperados
Pero en el terral de la noche solo veo voltear un sucio barro,
girándose, gimiendo ser un nítido cielo,
oscureciéndose entre mis páginas escritas de desierto
Cedería a la muerte, entre su verdor, todo mi desgarro

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"Se que aparentemente no tiene sentido publicar esta poesía a continuación, soy así,
quizás el poco sentido va conmigo, con mi propia existencia.
Hace tiempo escribí Cenizas, en un blog en el que ya no escribo, su última poesía.
La añoranza, ese sentimiento que puede conmigo, mi talón de Aquiles, me hace daño"

No se ven
arden en el fuego de la lejanía
flores amadas
tan solo son palabras
que el viento expulsó 
Amanece un canto en su jaula
se escucha entre canciones del aire
el aleteo de unas plumas
un reino de silencio
Sus calles son dibujos en suelos de deseo
sin pasos que seguir
tapa la bruma el destino
No se ven olas gigantes en una pequeña lágrima
Esas presencias bailan el oráculo
en racimos de tristeza
¡Oh, si pudieran cubrirse sus cenizas con luz!

don dumas

1 comentario:

  1. No busco la belleza
    Hubo un tiempo que buscaba la rima
    Después la cadencia
    Ahora busco la palabra
    Mis tres Ies me salvaguardan:
    El icono, el instinto, la intuición
    Son mi poesía y después vendrá la nada.
    No busco la belleza. No la encontraría

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